Esta semana he seguido con las presentaciones de mis novelas en tierras cántabras, y el lunes 9 de julio, celebré un acto en el Centro Penitenciario de El Dueso.
El acto se enmarcó dentro de la Semana Cultural del Dueso, que, a iniciativa de los internos, se realiza todos los años y sirve de estímulo para potenciar y dinamizar la vida cultural, en la que los propios internos participan activamente con diversas expresiones artísticas. Así, hay un día dedicado a la poesía a cargo de un interno que recitará algunos de sus poemas, o un día dedicado a la música, entre otras actividades.
El lunes tuve el placer de participar en uno de estos actos, y aproveché para presentar mis dos novelas, "Metanoia" y "Los ángeles caídos de la eternidad", publicadas a finales de abril por ÉRIDE EDICIONES.
Asistieron al acto numerosos internos, también algunos compañeros, nuestro director, Don Carlos, nuestra subdirectora médica, y algunos psicólogos, jefes de servicio y educadores.
Hablé del argumento de ambas novelas, aunque me centré más en "Los ángeles caídos de la eternidad", que era el libro que casi todos habían empezado a leer y muchos habían terminado. Después de mi breve intervención, comenzó lo mejor del acto, el esperado debate: hubo numerosas intervenciones y preguntas sobre múltiples aspectos del libro, lo que agradecí, porque me hallaba ante un público que había tomado contacto con la novela y conocía el argumento.
Me hicieron múltiples preguntas, algunas relativas al proceso de creación literaria y a la inspiración, y otros sobre la tarea de publicar un libro, sobre sus costes y dificultades. También al proceso de distribución por librerías y centros comerciales, la labor entregada del escritor y su activo papel.
Pero lo más interesante me resultó las cuestiones que versaban sobre la trama del libro. El análisis psicológico de los personajes, si estaba basado en hechos reales, o los símbolos que aparecían dispersos en los poemas. Incidieron en el por qué de algunos escenarios o el rol que desempeñaban ciertos personajes secundarios.
Leí un pequeño párrafo alegórico a los sueños, que sirvió de escusa para hablar del Ulises de James Joyce, uno de mis favoritos, y espero que disfrutasen tanto como yo.
El acto duró aproximadamente una hora y me supo a poco, como a muchos de los presentes que estoy convencido que se quedaron con ganas de hacerme más preguntas.
Desde aquí quiero agradecer a la dirección del centro el apoyo desinteresado y altruista que me han ofrecido para la realización de esta tertulia literaria, y lo provechoso que ha sido al aportar mi granito de arena en la dinamización de la vida cultural de El Dueso.
Muchas gracias por vuestra atención.
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